***CONTENIDO GRÁFICO*** (Se recomienda discreción).
Fotografías con fines informativos y educativos.
El 29 de octubre de 2016, en Cochamba, Bolivia, el joven Javier Canchi, de 17
años de edad, acudió a una cita con su ex novia para hablar sobre el estado de
su relación. El joven no se imaginaba que en el lugar se encontraba una
pandilla que lo sometió a una de las torturas mas horribles a las que
cualquier ser humano se puede enfrentar, ser quemado vivo.
Antecedentes.
Javier Canchi Choque era un estudiante de 17 años de edad, quien cursaba el
cuarto curso de secundaria en el colegio Antonio Díez, en Cochamba, Bolivia.
Su familia asegura que era un chico tranquilo y que su único error había
sido enamorarse de Delia, una adolescente de 15 años y la responsable de su
muerte.
El atroz crimen.
De acuerdo a la infirmación revelada, Javier y Delia habían terminado su
relación, cuando ella lo llamó un sábado para citarlo en la loma de Alto
Sivingani, al sur de la ciudad, bajo el argumento de que necesitaba hablar
urgentemente con él. Pero Delia no llegó sola, su nuevo novio, René, y otros
integrantes de su pandilla estaban con ella. Rodearon al estudiante, lo
golpearon, lo maniataron y al percatarse que Javier cargaba con gasolina, lo
obligaron a beberla, para posteriormente rociarlo con el combustible,
prenderle fuego y huir del lugar, abandonándolo.
Javier, convertido en una antorcha humana, daba alaridos pidiendo socorro.
Un vecino que había salido a pijchar coca lo vio a lo lejos, avisó a otros
vecinos y corrieron hasta la loma. El cuerpo del adolescente ya estaba
quemado y lloraba de dolor. No le habían robado nada porque su celular
estaba en el piso. Calcinado el joven suplicaba
"por favor denme agua, quiero agua, échenme agua. Si puedes mátame,
ya no quiero sufrir". El vecino grabó en su celular la declaración de Javier, quien, entre
gemidos de dolor, le contó su tragedia.
Javier repitió los nombres de Delia, René y dijo que los varones eran
pandilleros que frecuentaban el local de Doña Pascuala, una chichería
situada cerca de su colegio. La ambulancia demoró en llegar al lugar, pero
finalmente fue trasladado al hospital, donde fallecería el día posterior al
ataque, tras presentar quemaduras de tercer grado en el 80% de su cuerpo.
"Hermanito, mira, me han quemado. Sus chicos de la Delia han sido. René y
otros. Si voy a morir va a ser por culpa de ella. No creo que me recupere
hermanito. Mírame. Me han pegado, me han hecho tomar gasolina en la loma y
me han prendido fuego. Estoy muy mal",
le comento Javier a su hermano en el hospital.
Detenidos.
La fiscalía detuvo a los implicados, René M.H. (16), Guery V.R. (16) y
Gustavo C.V (18). Dos de los detenidos son miembros de la pandilla “Teddy
Boys” y uno de “Cartel Central”, que aterrorizaban a los pobladores de la
zona. El martes posterior fue detenida Delia T. de 15 años, acusada de ser
la autora intelectual del hecho.
Según René, el asesinato de Javier estaba “cantado”, pero no de la forma en la
que ocurrió. Gustavo pretendía ahorcarlo. Pero, el plan cambió cuando, en la
mochila de Javier, El Choco halló una botella con gasolina que su padre le
había enviado a comprar media hora antes.
De acuerdo a las investigaciones a través de redes sociales, Delia buscaba
castigar a Javier por haberla dejado y coquetear con su prima, Marleni.
Condenas.
Delia, Guery y René fueron enjuiciados como menores de edad y por ello
fueron sentenciados a seis años de encierro. A los otros dos cómplices
menores, se les dio tres años.
Sin embargo, Gustavo Ezequiel Calla Vargas era mayor de edad cuando ocurrió
el atroz crimen, por lo que la Fiscalía lo acusó del delito de asesinato y
pidió 30 años de reclusión por la saña y alevosía con la que actuó al
momento de obligar a Canchi a beber gasolina y prenderle fuego. A pesar de
esto, los jueces lo condenaron a siete años de cárcel por el delito de
lesiones graves seguidas de muerte, no por asesinato.