***CONTENIDO GRÁFICO*** (Se recomienda discreción).
Fotografías con fines informativos y educativos.
El 10 de marzo del año 2001, en Rotenburg, Alemania, Armin Meiwes, un técnico
de computadoras de 39 años, y Bernd Brandes, un ingeniero de aproximadamente
la misma edad, se reunieron en casa de Meiwes después de conocerse y
organizarse a través de Internet. ¿El objetivo?, cumplir la fantasía de la
infancia de Meiwes... devorar a Brandes.
Antecedentes.
Infancia de Armin Meiwes.
Armin Meiwes nació el 1 de diciembre de 1961, en Essen, Alemania. Se sabe
que tuvo una infancia infeliz, a pesar de estar rodeado de su familia y los
múltiples animales que poseían en su casa de campo.
Su padre y hermanos se marcharon cuando todavía era muy joven, quedando a
cargo de una madre muy huraña y controladora, quien lo chantajeaba
emocionalmente para que permaneciera siempre a su lado; esto duraría hasta
su edad adulta.
Armin era un chico normal en la escuela, aunque algo retraído y apartado de
sus compañeros, que lo molestaban frecuentemente.
La soledad en que se veía inmerso lo obligó a crearse un amigo imaginario al
que consideraba su hermano.
Fantasías caníbales.
Meiwes comenzó a tener fantasías caníbales cuando sólo tenía ocho
años. A lo largo de su infancia, el inocente Armin presenció escenas de
matanzas de animales en las que él participaba, para luego continuar con un
gran banquete, lo cual pudo haber influido en su estado mental posterior.
Cuando llegó a la adolescencia empezó a tener deseos sexuales hacia su
hermano imaginario y otros chicos, con los que deseaba crear un vínculo muy
estrecho, considerando el comerse a esa persona como el mayor estado de
unión, al encontrarse así está dentro de él.
A la edad de dieciocho años, Meiwes se mudó con su madre a la enorme mansión
que la familia poseía en las afueras de Rothenburg. El lugar tenía cuarenta
y cuatro habitaciones, y los amigos de Meiwes la llamaban “La Casa de los
Espíritus”.
Temporada en el ejército.
No pasó mucho tiempo cuando Meiwes ingresó en el ejército, donde destacó por
su disciplina. Apoyaba a los subalternos y se llevaba bien con ellos. Solía
llevar a su madre con las excursiones de su brigada y pasaba la noche con
ella, aunque en habitaciones separadas.
Armin se llevó el reconocimiento y admiración de sus compañeros, dejando la
soledad a un lado, junto con sus ideas y deseos sexuales.
Tras más de diez años de milicia, Meiwes abandonó el ejército y se centró en
el cuidado de su madre. A su vez, consiguió un empleo como técnico de
computadoras en un centro informático de Kassel, donde también se le
consideraba diligente y eficiente.
Entre sus aficiones estaban la lectura de libros sobre caníbales, muertes
violentas y biografías de asesinos en serie.
La fantasía caníbal.
Tras el fallecimiento de su madre en 1999, en la mansión de Rothenburg: un
accidente en el sótano mientras su hijo estaba en el trabajo; Meiwes se quedó
solo en el mundo, pero, al mismo tiempo, se sintió liberado. Fue así que
comenzó su búsqueda de información y contactos por Internet relacionados con
el canibalismo.
Miles de fotografías de crímenes, accidentes, cuerpos desmembrados y torturas
componían el archivo fotográfico de su computadora. Foros como "Gourmet" o
"Caníbal Café" le proporcionan la plataforma ideal para contar y compartir sus
fantasías más profundas.
La búsqueda.
Meiwes redactó un anuncio donde especificaba: “Se busca un hombre joven, entre 21 y 40 años, que quiera ser devorado”.
Tras largas horas en foros de mensajes y salas de chat hablando con otras 400
personas que fantaseaban con comerse a otros o ser comidos, Meiwes comenzó a
reunirse en habitaciones de hotel con hombres de los sitios: se sabe que uno
le pidió a Meiwes que escribiera los nombres de los cortes de carne en
etiquetas y luego se los clavara en el cuerpo con agujas.
Primero un cocinero se ofreció a él y ofreció a dos de sus ayudantes para ser
degustados. Armin habría tenido la oportunidad de matarlo y devorarlo. Sin
embargo, ante las dudas de la víctima, lo dejó marchar. Para Armin, el
banquete sólo tenía sentido si la víctima también estaba de acuerdo en ser
devorada.
Bernd Jürgen Brandes.
Al poco tiempo, usando el alias 'Franky', Meiwes publicó un anuncio en línea
que decía:
"Busco a un joven entre 18 y 25 años. Si tienes un cuerpo normal, te
masacraré y me comeré tu carne caliente".
Llegaron varias respuestas, pero una publicación en particular llamó la
atención del caníbal:
"La cena... o tu cena". "Te ofrezco la oportunidad de comerme
vivo".
Finalmente, Meiwes había encontrado un participante dispuesto.
En el chat, Armin conoció a Bernd Jürgen Brandes, un ingeniero de Berlín que
se declaraba bisexual, y quien solía incorporar violencia y tortura como parte
de sus rituales sexuales cotidianos: frecuentaba prostitutos que conocía en
los bares, a los cuáles les solicitaba que mordieran su pene y se lo
arrancaran, cosa que ninguno quiso hacer.
Uno de los amantes de Brandes |
Brandes había tenido una vida atormentada. Su madre se suicidó cuando él era
un niño tras padecer profundas depresiones. Su padre lo dormía leyéndole
cuentos de hadas aterrorizantes; Brandes recordaba sobre todo la fascinación
que en él ejercía la historia de "Hansel y Gretel", engordados por una bruja
para ser devorados.
Brandes tenía una pareja estable, a quien dejó todas sus pertenencias antes de
lanzarse en pos de Meiwes para ser asesinado y comido. Había en él la
sensación de un destino manifiesto, de que era el rol que debía cumplir en el
mundo. Sentía culpa por el suicidio de su madre y pensaba que, al morir y ser
devorado, pagaría un poco de ese precio.
El acto caníbal.
Brandes se citó con Meiwes el 10 de marzo de 2001 para un fin de semana, donde
ambos pusieron a prueba sus instintos caníbales. Se dice que cuando se
encontraron en el andén, Brandes le extendió la mano y le dijo: “Yo soy tu carne”, a lo que Meiwes respondió: “Yo soy Armin”.
Una vez en casa de Meiwes, el dúo mantuvo relaciones sexuales con Brandes pidiendole a Armin que le arrancara el pene con la boca, a lo que este se negó. Brandes entonces le dijo a Armin que era débil y ambos decidieron finalizar la fantasía.
Tras la despedida en la estación, Brandes lo pensó mejor y llamó a Meiwes para
que lo recogiese. Quería probar otra vez.
Fue así que Brandes acudió a la granja de Meiwes y acordaron filmar todo lo
ocurrido.
Después de varias horas de conversación, alrededor de las 6:30 de la tarde, y
después de ingerir veinte pastillas para dormir, dos botellas de jarabe para
la tos y media botella de whisky, Brandes quiso que Meiwes le amputase el
pene. Meiwes lo mordió y trató de arrancarlo con la boca, entre los gritos de
dolor de Brandes, pero al final no pudo; el pene quedó solamente
desgarrado. "Córtalo de una vez", dijo la víctima. Así que
Meiwes tomó el cuchillo y terminó su labor.
Mesa donde Meiwes le cortó el pene a Brandes |
Meiwes partió el pene en dos trozos y los puso en una sartén, aderezándolos
con pimienta, sal y ajo. Estaba contento mientras cocinaba y conversaba con
Brandes, quien pese a que estaba muy drogado y alcoholizado, hablaba sobre lo
bien que olía el guisado hecho con su pene.
Al comerlo, notaron que su tamaño se había reducido a causa de la cocción.
Brandes lo mordió y trató de masticarlo, pero al final lo dejó sobre el plato
y le reprochó a Meiwes: "Está muy duro. No puedo comerlo. Dijiste que todo sería
perfecto..."
Tras cenar, Meiwes cargó a Brandes hasta depositarlo en su bañera. Se quedó
allí diez horas, tras lo cual perdió el conocimiento. Cuando despertó, ambos
acordaron que Brandes debía ser sacrificado. Meiwes lo cargó de nuevo, lo puso
sobre una mesa y le enterró un cuchillo. Cuando éste agonizaba, lo
remató. “Movía la cabeza de un lado a otro. Se puede ver un movimiento bucal”, dijo un forense presente en la proyección del vídeo durante el juicio.
Posteriormente, Meiwes colgó a Brandes, lo destripó, lo descuartizó y enterró
algunos trozos en el jardín, mientras otros los congeló y se los comió en días
posteriores:
"En la sala del matadero, después de su muerte, separé la cabeza de su
cuerpo y lo colgué del techo".
"Luego le extraje los órganos y lo corté por la mitad. Vertí agua
caliente sobre las dos mitades y lavé el cuerpo".
Finalmente, Meiwes había cumplido su deseo de comer carne humana. Se sabe que
devoró alrededor de 20 kilos de carne, siempre acompañados por vino tinto
chileno. De acuerdo a sus declaraciones a la policía:
"La carne sabe a cerdo, pero más fuerte y sustanciosa".
"Aunque no creo que otras personas hubieran notado la diferencia si lo
hubieran comido.
"Sabía muy bien".
Investigación judicial.
Detención.
A pesar de que Armin logró satisfacer su oscuro deseo, este no era suficiente.
Durante los meses posteriores, Meiwes se la pasó buscando nuevas víctimas.
Necesitaba carne joven y fresca."Se me está acabando la carne", afirmó
en un foro. Esta actitud fue la que condujo a la policía a su detención.
Un estudiante de Innsbruck denunciaría a Meiwes, quien aseguraba en los foros
haber probado la carne humana. En el recuento de respuestas, se registraron
varios centenares de víctimas, todas dispuestas a dejarse devorar por el
caníbal.
La policía lo arrestó un año después del asesinato, en diciembre del 2002.
Diagnóstico psiquiátrico.
El veredicto de los psicólogos y psiquiatras aseguraba que Meiwes no estaba
loco cuando cometió el crimen, pero consideran que la víctima no podía pensar
racionalmente. La fiscalía quiso juzgarlo por asesinato con motivos sexuales e
imponerle cadena perpetua. El problema es que la víctima dio su consentimiento
al asesino y la defensa usó este argumento para que se considerase como
homicidio a petición, una especie de eutanasia ilegal, lo que llevaría a una
sentencia de entre 6 meses y 5 años, anulando la consideración de que fue un
asesinato.
Resolución y condena.
El primer juicio, llevado a cabo en enero de 2004, culminó con Meiwes siendo
condenado a 8 años de cárcel. Sin embargo, este fue apelado por el fiscal por
considerarlo muy benevolente.
De acuerdo al profesor Arthur Kreuzer, del Instituto de Criminología de la
Universidad de Giessen, el caso marcó un hito en la historia judicial.
"Es un asesinato convenido por víctima y asesino. No creo que pueda
considerarse como el peor caso de asesinato premeditado".
El abogado defensor citó como un argumento favorable que Meiwes dejó libres a
cuatro personas que se habían ofrecido voluntarias para el sacrificio, por las
dudas que mostraron. Brandes sí dio su pleno consentimiento antes de que lo
matasen. Pero esto valió de poco y, en 2006, Meiwes fue condenado a cadena
perpetua por cometer un asesinato con motivos sexuales.
Meiwes en su defensa declaró que el deseo de Bernd era morir a puñaladas, de
ahí que tomase una botella de una medicina contra el resfriado para perder
el conocimiento. "Bernd se acercó a mí por su propia voluntad para poner fin a su
vida", aseguró Meiwes en su declaración final ante el tribunal. "Para él, fue una muerte agradable", añadió.
No obstante, se redimió de sus acciones, agregando en el juicio: "Tuve un gran placer, y no necesito hacerlo de nuevo. Lamento mucho lo
ocurrido, pero no puedo deshacer lo que hice".
Estancia en prisión.
Meiwes ha sido descrito por su abogado como un prisionero modelo. En 2017 se
le negó la libertad condicional, pero el tribunal regional de Kassel
considera ahora otra solicitud.
Por ahora, le dan gafas de sol y gorra y le permiten pasear por la ciudad en
otro estado federado en excursiones de un día.
Se ha mencionado que Meiwes lee en prisión, trabaja en la lavandería y
asiste a la iglesia.
Lost media.
De acuerdo a las autoridades, “El Caníbal de Rothenburg” grabó en tres cintas
de vídeo, de casi cuatro horas, cómo cortó el pene a Brandes, cómo ambos lo
comieron y cómo finalmente troceó y comenzó a devorar al moribundo. La
Audiencia de Kassel, donde se desarrolló el juicio contra Meiwes, rodeó de
fuertes medidas el trío de cassettes que contienen las escenas que en el
mercado negro pueden alcanzar los 50.000 o 60.000 euros, según los expertos.
De dicho material sólo se han filtraron en internet cuatro fotografías, por lo
que se considera como perdido.
El propio Armin Meiwes ha anunciado que escribirá sus Memorias en lo que
seguramente será un best seller.
"El Caníbal de Rothenburg" en la cultura popular".
Tras exponerse el caso, han sido varios los artistas que lo han utilizado como
punto de partida, homenaje o referencia en la realización de sus obras. El
supergrupo sueco de death metal Bloodbath, lanzó para su álbum "Nightmares
Made Flesh" de 2004 la canción Eaten (Comido), que narra explícitamente los
deseos de la víctima por ser comida. También la banda de metal industrial
Rammstein se mostró tan impactada con la noticia que en 2004 decidieron
componer el tema Mein Teil, cuya letra relata lo que probablemente sintió la
víctima.
A su vez, existen numerosas películas que retratan el oscuro acto entre Meiwes
y Brandes, entre las que destacan "Rohtenburg (Grimm Love Story) de Martin
Weizs (2006) y "Cannibal" de Marian Dora (2006).
"Rohtenburg (Grimm Love Story) de Martin Weizs |
"Cannibal" de Marian Dora |