***CONTENIDO GRAFICO*** (Se recomienda discreción).
Fotografías con fines informativos y educativos.
El 28 de noviembre de 1988, la modelo egipto-estadounidense Omaina ree Nelson, de 23 años de edad, tomó una decisión que la marcaria de por vida, al castrar, asesinar, descuartizar, cocinar y presentar actos de canibalismo contra su esposo Bill Nelson.
Omaima Aree Nelson nació y se crió en Egipto y emigró a los Estados Unidos en 1986. Según ella, su padre abusaba violenta, física y sexualmente, de ella y de su madre. Cuando era joven, fue sometida a la “circuncisión femenina” o mutilación genital, lo que hizo que cualquier sexo fuera doloroso y traumático a partir de ese momento.
Eventualmente, la madre de Omaima dejó a su esposo abusivo. Ahora, en la más absoluta pobreza, la familia se mudó a un barrio marginal de El Cairo llamado “la ciudad de los muertos” porque las chozas se construyeron entre las tumbas. Aquí, cuando tenía 18 años, Omaima conoció a un trabajador petrolero estadounidense y los dos comenzaron a tener una relación sexual. La madre de Omaima insistió en que los dos se casaran y Omaima, al ver una salida de la pobreza aplastante en la que vivía, estuvo de acuerdo. La pareja se casó y cuando terminó el trabajo de su esposo en Egipto, volaron a su casa en Texas.
Como era de esperar, el matrimonio no duró. Ahora Omaima estaba en un país extraño, no hablaba bien el inglés y no tenía dinero. Deambuló, a veces tomando trabajos como ama de llaves o niñera, a veces consiguiendo trabajos de modelo. De vez en cuando se dedicaba a pequeños hurtos. Se involucraba con un hombre y se mudaba con él de inmediato, gastaba su dinero libremente y luego, cuando él la confrontaba (o ella simplemente se cansaba de él), le robaba y desaparecía. A un hombre, Robert Hannson, lo ató a una silla y lo amenazó con una escopeta antes de robarle.
Omaima, de entonces 23 años, conoció a Bill Nelson, un piloto de 56 años, en octubre de 1991, en un juego de billar en un bar de Huntington Beach, California. La pareja se casó a los pocos días de conocerse, esto a pesar de que Bill aun se encontraba casado legalmente con otra mujer, con la que tenia una hija. Omaima luego afirmaría que durante el mes de unión de la pareja, ella sufrió abuso sexual por parte de su esposo.
El Día de Acción de Gracias de 1991, Omaima afirmó que Bill la había agredido sexualmente en su apartamento de Costa Mesa, California. Tras lo cual, la joven apuñaló a Bill con unas tijeras y luego comenzó a golpearlo con una plancha de ropa. Después de asesinarlo, comenzó a desollar su torso, desmembrar su cuerpo y supuestamente le cocinó la cabeza y le hirvió las manos en aceite para quitarle las huellas dactilares. Luego mezcló partes de su cuerpo con restos de pavo de Acción de Gracias y lo tiró a la basura. Según los informes, ella lo castró en venganza por sus presuntas agresiones sexuales.
Tres días después, temprano en la mañana del 1 de diciembre, José Esquivel fue despertado por fuertes golpes en su puerta. Miró afuera y vio un Corvette rojo estacionado afuera. Al no reconocer el auto, no abrió la puerta. Después de un rato, el visitante se fue.
Luego, alrededor de la 1 pm, regresó el visitante en el Corvette rojo. Esta vez, respondió José. Cuando abrió la puerta, vio a Omaima, una mujer con la que había salido brevemente hace más de un año. Estaba llorando y tenía algunos cortes en la cara y las manos. Omaima le dijo que su marido la había atacado y violado, por lo que lo había matado en defensa propia. Continuó diciendo que había cortado el cuerpo, pero que necesitaba ayuda para deshacerse de él. Le dijo a José que le daría $75,000 y dos motocicletas si la ayudaba a deshacerse del cuerpo. José se lo tomó con calma: le dijo a Omaima que se encontrara con él en su apartamento mientras él hacía los arreglos para conseguir un camión. Cuando ella se fue, él llamó a la policía.
La policía encontró a Omaima en el Corvette de Bill. Junto a ella, en el asiento del pasajero, estaban algunas bolsas de basura. Cuando el oficial miró adentro, vio lo que parecían órganos humanos, incluidos pulmones con manchas negras por fumar cigarrillos. Cuando se le preguntó, Omaima dio respuestas contradictorias y confusas. Ella dijo que los órganos eran de alguien a quien Bill había matado, luego afirmó que Bill estaba en un viaje de negocios en Florida.
La policía obtuvo una orden para registrar el apartamento de los Nelson. Dentro había numerosas cajas con piezas de computadora: Bill ganaba dinero reparando y vendiendo computadoras fuera de su casa. Pero entre las cajas había algunas maletas. Dentro de las maletas había bolsas de basura. Dentro de las bolsas de basura había restos humanos. La policía también encontró una lámpara rota y una plancha de ropa con pañuelos y cabello humano.
Mientras buscaban más, encontraron evidencia aún más espeluznante. En el dormitorio, el colchón estaba empapado de sangre y los postes de la cama estaban todos rotos. En el baño, un torso humano despellejado y destripado estaba suspendido de colgadores de ropa encima de la bañera, sangrando como un trozo de res.
Pero lo peor estaba en la cocina. Dentro de una freidora, dos manos humanas flotaban en aceite mezclado con carne de pavo. En la basura encontraron pedazos de una cadera humana, mezclados con pavo y salsa de arándanos. Dentro del congelador, detrás de bolsas de verduras congeladas, había un gran objeto redondo envuelto en papel de aluminio. Era la cabeza de Bill. Estaba muy quemado, como si también lo hubieran cocinado en una freidora.
De vuelta en la comisaría, Omaima siguió cambiando su historia. Paseó y divagó, a veces actuando como si Bill todavía estuviera vivo, otras veces afirmando que una voz "como un demonio" la había hecho desmembrar a su esposo. Repitió la afirmación de que Bill la había violado y que ella solo lo había matado en defensa propia. Pero cuando fue examinada forensemente en un hospital cercano, no encontraron evidencia de trauma sexual. También afirmaron que las marcas de corte en su rostro, manos y senos no eran heridas defensivas, pero serían consistentes con las heridas sufridas al cortar un cuerpo.
Mientras tanto, el médico forense reconstruyó lo que quedaba de Bill Nelson: además de ser decapitado, desmembrado y destripado, aparentemente también había sido castrado.
Se determinó que la causa de la muerte se debió a múltiples lesiones por fuerza contundente en el cráneo, consistentes con el golpe de la lámpara y el hierro encontrados en la escena. El forense también encontró marcas de ligaduras alrededor de los tobillos de Bill. Dado que las manos de Bill habían sido cortadas, no había forma de determinar si sus manos también estaban atadas, pero los postes de la cama rotos en la escena indicarían que sí. El forense también notó que el cuerpo había sido descuartizado con una precisión inusual, como si su asesino lo hubiera hecho antes.
Pero quizás lo más perturbador fue el hecho de que casi 100 lbs. de los restos de Bill estaban desaparecidos. El vecino de los Nelson le dijo a la policía que había escuchado que el triturador de basura funcionaba constantemente durante dos días, desde la noche del Día de Acción de Gracias. Dijo que podía escuchar el motor rechinar como si estuviera esforzándose.
Pero fue lo que Omaima le dijo a su psicólogo designado por la corte lo que conmocionó a la nación. Dijo que había cocinado las costillas de Bill en salsa barbacoa y se las había comido, exclamando: "¡Es tan dulce!". y que “nada era más dulce” que la carne de su marido. Más tarde se retractó de esas declaraciones y ahora jura que nunca cometió canibalismo. El psicólogo la diagnosticó como psicótica y padeciendo PTSD.
Omaima fue arrestada bajo sospecha de cargo de asesinato el 2 de diciembre de 1991, y su juicio comenzó casi exactamente un año después, el 1 de diciembre de 1992. Fue declarada culpable de asesinato en segundo grado el 12 de enero de 1993. Fue sentenciada a 28 años. a cadena perpetua.
Omaima se convirtió en elegible para libertad condicional por primera vez en 2006, pero se le negó cuando "los comisionados la encontraron impredecible y una seria amenaza para la seguridad pública". Volvió a ser elegible en 2011, pero la junta de libertad condicional se lo negó nuevamente, citando que no se había hecho responsable del asesinato y que no sería una ciudadana productiva si fuera liberada. No podrá volver a solicitar la libertad condicional hasta 2026. Omaima Nelson ha sido comparada con el asesino en serie ficticio y caníbal Hannibal Lecter, de "El silencio de los corderos".
