Estábamos con mi prima Clara en casa de mi abuela, era de noche y había mucha tormenta. Empezamos a jugar a las cartas, ya que se había cortado el cable y estábamos aburridas. En un momento voy a la cocina por un vaso con agua y mientras lo preparaba todas las luces se apagaron.
Clara es muda, así que rápidamente regrese a la habitación y comencé a buscarla en medio de la oscuridad. Por suerte rápidamente escuche un gemido, me acerque y la tome de la mano, intentamos salir por la puerta de atrás pero estaba cerrada, al igual que la puerta principal, ya que mi abuela nos había dicho que volvía tarde y no quería despertarnos.
Note que Clara se rascaba mucho la cabeza y había mucho olor a podrido, era impresionante como toda la casa se había contaminado con ese olor. No nos quedo otra que recostarnos en la cama. Yo tenia mucho miedo, por lo que me acerque y me tranquilice tocando su pelo, que lo tenia muy enredado.
El olor se hacia mas fuerte, era horrible. Pasaron como 40 minutos que nos quedamos esperando y la luz no volvía. De repente escuchamos que alguien metió la llave en la cerradura para abrir la puerta. Yo no decía nada, tenia mucho miedo. Abraze fuertemente a Clara y cerré los ojos. De repente escuche a alguien gritar.
-¡Ana!
Era mi abuela. De la alegría salte de la cama y fue corriendo a abrazarla y explicarle el miedo que habíamos pasado. Pero al verla note que Clara estaba parada a su lado, me quede paralizada.
-¿Que te sucede, me pregunto mi abuela?
-¿Como hizo Clara para venir tan rápido si estaba conmigo en la habitación? -Pregunte.
-No, dice mi abuela. Clara se asusto cuando se corto la luz porque pensó que estabas afuera y la habías dejado sola. Entonces salio, cerro la puerta trasera y se fue a la casa de los vecinos.
-No puede ser, -le dije. Clara estuvo conmigo toda la noche, incluso la peine.
En ese momento olí mi mano y apestaba a ese asqueroso olor a podrido.
Al tiempo me entere que en esa casa había vivido una niña, que un día mientras jugaba en el columpio, este se rompió y ella al caer se golpeo con un fierro que termino por incrustarse en su frente. Sus padres no la llevaron al doctor porque pensaron que era algo leve, pero en un par de días la herida se le infecto y la piel se le pudrió, lo que ocasionó su muerte.
Le agradezco a Dios que la luz no haya vuelto mientras estaba recostada con ella, al fin y al cabo hay muchos muertos que están entre nosotros, incluso alguno podria estar parado detrás de ti mientras lees esto. Si sientes que te tocan el hombro no te des vuelta.
Clara es muda, así que rápidamente regrese a la habitación y comencé a buscarla en medio de la oscuridad. Por suerte rápidamente escuche un gemido, me acerque y la tome de la mano, intentamos salir por la puerta de atrás pero estaba cerrada, al igual que la puerta principal, ya que mi abuela nos había dicho que volvía tarde y no quería despertarnos.
Note que Clara se rascaba mucho la cabeza y había mucho olor a podrido, era impresionante como toda la casa se había contaminado con ese olor. No nos quedo otra que recostarnos en la cama. Yo tenia mucho miedo, por lo que me acerque y me tranquilice tocando su pelo, que lo tenia muy enredado.
El olor se hacia mas fuerte, era horrible. Pasaron como 40 minutos que nos quedamos esperando y la luz no volvía. De repente escuchamos que alguien metió la llave en la cerradura para abrir la puerta. Yo no decía nada, tenia mucho miedo. Abraze fuertemente a Clara y cerré los ojos. De repente escuche a alguien gritar.
-¡Ana!
Era mi abuela. De la alegría salte de la cama y fue corriendo a abrazarla y explicarle el miedo que habíamos pasado. Pero al verla note que Clara estaba parada a su lado, me quede paralizada.
-¿Que te sucede, me pregunto mi abuela?
-¿Como hizo Clara para venir tan rápido si estaba conmigo en la habitación? -Pregunte.
-No, dice mi abuela. Clara se asusto cuando se corto la luz porque pensó que estabas afuera y la habías dejado sola. Entonces salio, cerro la puerta trasera y se fue a la casa de los vecinos.
-No puede ser, -le dije. Clara estuvo conmigo toda la noche, incluso la peine.
En ese momento olí mi mano y apestaba a ese asqueroso olor a podrido.
Al tiempo me entere que en esa casa había vivido una niña, que un día mientras jugaba en el columpio, este se rompió y ella al caer se golpeo con un fierro que termino por incrustarse en su frente. Sus padres no la llevaron al doctor porque pensaron que era algo leve, pero en un par de días la herida se le infecto y la piel se le pudrió, lo que ocasionó su muerte.
Le agradezco a Dios que la luz no haya vuelto mientras estaba recostada con ella, al fin y al cabo hay muchos muertos que están entre nosotros, incluso alguno podria estar parado detrás de ti mientras lees esto. Si sientes que te tocan el hombro no te des vuelta.
