***CONTENIDO GRÁFICO*** (Se recomienda discreción).
Fotografías con fines informativos y educativos.
A principios de abril de 2014, Daryel Menezes, un padre de familia y
entrenador de artes marciales, decidió entregarse a la policía tras haber
violado y asesinado a su pequeño bebé. El hombre no tenía idea del horrible
castigo que recibiría por parte de sus compañeros en prisión.
El horrible crimen.
El 27 de marzo del año 2014, Daryell Menezes Xavier Dickson, residente de
Taguatinga, ciudad satélite de Brasilia, Brasil, y entrenador de Jiu-Jitsu,
realizó uno de los crímenes más atroces posibles, haber violado a su hijastro
Miguel Estrela, de 1 año y 11 meses de edad, y posteriormente golpearlo en la
cabeza para terminar con su vida.
La criatura presentaba un traumatismo craneal y fisuras en el ano. Por lo
cual, 2 días después de ser recibido por los profesionales de la salud, no
resistió y lamentablemente falleció el 29 de marzo.
El 1ero abril, al tener decretada la prisión temporaria, Daryell Menezes
decidió entregarse acompañado de sus abogados. En el momento de su
detención, Menezes le dijo a su exesposa que estaba poseído por el diablo
cuando cometió el cruel abuso y homicidio.
Según la investigación, el acusado se encontraba dentro de la residencia
cuando comenzó a atacar al niño, quien sufrió convulsiones.
El brutal castigo.
Tras confesar el terrible crimen, Daryel fue trasladado a prisión de
Taquatinga donde comentó que es profesor de "Jiu-Jitsu" y que si alguien le
hacía algo, saldría 'muy mal'.
Una vez tras las rejas, lo que aconteció después muchos considerarían que fue
una obra de la justicia. Pues los prisioneros decidieron aplicar su propia ley
como castigo, al violarlo brutalmente entre 20 presos, en varias rondas y
durante varios días.
El hombre recibió heridas por todo el cuerpo, presentando las más graves en la
región anal. Insatisfechos y todavía furiosos por el delito cometido por el
profesor, los reclusos abrieron los puntos de sutura que recibió y lo violaron
de nuevo. Las manchas de sangre en la parte trasera de la ropa interior del
joven son una prueba de los mucho que sufrió.
Con el caso viralizándose, la madre del menor, Gabrielle Estrêla, se expresó
mediante las redes sociales:
“Ahora en este momento abro la boca para nada! Empecé a hacer justicia
por mi paz, por mi propio corazón”.
"Di mi vida y mi hijo para cuidar de este hombre, yo creo en el amor y la
bondad en él, yo lo apoyé, yo lo amé, y acepté sus faltas sin saber que se
trataba de algo mucho peor”.
Condena.
El juicio no tuvo lugar hasta junio de 2015. En la audiencia, fue la primera
vez que Xavier decidió hablar.
Primero, el hombre afirmó que guardó silencio por recomendación de la
defensa y afirmó que no habría
participado en el crimen. Sin embargo, las autoridades contaban con pruebas
concretas, lo que llevó al
acusado a ser condenado a 22 años y 8 meses de prisión. Además, se descubrió
que en 2008, Xavier habría tenido vínculo con el narcotráfico.
Luego del juicio y los atentados, Xavier fue trasladado al Complejo
Penitenciario de Papuda, ubicado en Sáo Sebastiáo, São Paulo, Brasil.