El 4 de septiembre de 2006, el experto australiano en vida silvestre y personalidad de la televisión Steve Irwin, alias "El cazador de cocodrilos", fue fatalmente atacado por una mantarraya mientras filmaba un documental titulado "Ocean's Deadliest in the Great Barrier Reef".
El ataque, así como las secuelas y, presumiblemente, el momento real de la muerte fueron capturados en cámara, debido a una regla de producción impuesta por Irwin de que los camarógrafos no debían dejar de grabar si algo empeoraba, como era el caso.
Según testimonios de testigos presenciales de miembros de la tripulación, la raya sobre la que Irwin intentaba nadar, lo golpeó en el pecho varias veces, perforando su corazón. Tras esto, sus colegas lo sacaron inmediatamente del agua y lo llevaron a Croc One (un yate de 75 pies creado con el propósito de realizar viajes de investigación y de aventura), donde intentaron correr hacia la orilla mientras Irwin se desangraba. Había pasado una hora antes de que aterrizaran, tiempo durante el cual el colega de Irwin (y el hombre que estaba detrás de la cámara cuando Irwin fue atacado), Justin Lyons, le practicó RCP, mientras un segundo camarógrafo continuaba filmando imágenes de la cámara. Irwin fue declarado muerto por los paramédicos segundos después de su llegada; según Lyons, sus últimas palabras fueron "Me estoy muriendo".
Fotografía tomada el día del suceso |
El metraje resultante fue entregado a las autoridades de Queensland, quienes se dice que finalmente lo devolvieron a la familia de Irwin, quienes, a su vez, se dice que lo destruyeron. Cuando se le preguntó a Lyons sobre sus sentimientos acerca de la posibilidad de que las imágenes se transmitieran algún día, este declaró que espera que nunca se publique por respeto a la familia de Irwin, y también reveló que ya no está en posesión de las grabaciones y que sospecha que no quedan copias en existencia.
En los años posteriores a la muerte de Irwin, un puñado de supuesto metraje (en forma de videos y capturas de pantalla) ha aparecido en línea, aunque su validez nunca ha sido probada y generalmente se acepta que han sido fabricadas o sacadas de contexto.
Las siguientes son capturas que si bien no se ha confirmado su veracidad, representan a la perfección el momento de su muerte: