Uno de los crímenes más perturbadores que ha sacudido a Rusia. Un profesor universitario de historia guardaba en su casa cadáveres que robaba del cementerio, los momificaba y jugaba con ellos como si fueran muñecos.
Anatoly Moskvin era un profesor ruso de historia de 50 años que era considerado un genio, experto en lingüística, doctor en cultura celta, políglota, hablante de 13 idiomas y autor de diversos libros y ensayos sobre toponimia y onomástica.
Pero este genio contaba con un lado oscuro que nadie conocía. Anatoly llevaba una vida solitaria, nunca se casó ni se le conocieron compañeros o parejas sentimentales. Vivía con sus padres, no fumaba ni bebía y supuestamente fue virgen durante toda su vida. Ningún amigo o conocido de Anatoly podría afirmar que se trataba de un sujeto común.
Tenía gran reconocimiento por sus logros académicos. Era capaz de memorizar los datos históricos menos significativos y recordar biografías casi de memoria, además de dominar el ruso, alemán, español, japonés y latín. Pero también sentía una gran pasión por la cultura celta y la necrofilia.
Los rituales, ocultismo, muerte y el folklore de la antigua Europa, eran los temas favoritos de estudio para Moskvin, este literal se convirtió en casi una autoridad para sus compañeros y profesores en la Universidad Estatal de Moscú.
Escribió varios libros, documentos y traducciones, todos ellos apreciados y reconocidos en los círculos académicos más prestigiados. También trabajó como periodista y contribuía a los periódicos y publicaciones locales.
En el año 2011, las autoridades de la ciudad rusa de Nizhny Novgorod reportaron vandalismo en los cementerios. Todas las semanas aparecían nuevas tumbas destruidas, algunas saqueadas y curiosamente estas pertenecían a niñas que perdieron la vida entre los 8 y 12 años de edad. Las autoridades contactaron al profesor Anatoly para que los ayudase a desentrañar el misterio. Pero un día cuando la policía visitó su casa quedaron sorprendidos, pues él era en realidad el perpetrador de las tumbas.
En su casa encontraron los cuerpos momificados de 26 niñas que el profesor había vestido como muñecas y con las cuales conversaba diariamente como si estuvieran vivas (confesó en su arresto). Fue responsable del saqueo de alrededor de 150 tumbas. También hallaron instrucciones para confeccionar las "muñecas", mapas de los cementerios, fotografías y videos de las tumbas abiertas y cuerpos desenterrados. En los tribunales, Moskvin argumentó que sentía pena por los niños muertos.
El creía que podían ser devueltas a la vida mediante la ciencia y la magia negra. Él explicó que ponía sus cuerpos dentro de muñecas para darles una apariencia más atractiva que sus descompuestos cuerpos y así cuando consiguiera el modo de devolverlas a la vida tendrían esa misma apariencia.
Anatoly mencionó ante la corte que siempre quiso tener hijos. Negó cualquier atracción sexual por las "muñecas" a pesar de tener escritos sobre la necrofilia. Explicó que las trataba como sus hijas, les cantaba canciones, miraba con ellas dibujos animados y hasta les festejaba sus cumpleaños. También admitió haber secuestrado 44 cuerpos de niñas de entre 8 y 12 años. Fue diagnosticado con esquizofrenia, por lo que la Justicia lo declaró inimputable y lo envió a una clínica psiquiátrica. Antes de que terminara el juicio, dejó un mensaje para los padres de sus víctimas: "Ustedes abandonaron a sus niñas en el frío, yo las llevé a mi casa y les di cobijo".
"Llevó miedo, terror y pánico a mi vida. Todavía no puedo creer la enferma perversidad de este tipo que vivió durante 9 años con mi hija momificada en su habitación. Yo la tuve durante 10 años y él la tuvo 9 años", dijo Natalia Chardymova, madre una de las niñas momificada.
A cada cadáver le hacía una máscara de cera y le pintaba los rasgos con esmalte de uñas. Cada cuerpo estaba vestido de forma diferente, coleccionaba todo tipo de ropa, incluyendo trajes de novia. Únicamente extraía cuerpos de niñas, desde los 8 hasta los 12 años. Moskvin guardaba registro fotográfico de todas las tumbas que saqueaba, con el propósito de mantenerlas identificadas. Se dice que saqueó más de 150 tumbas en búsqueda de ropa, pero sólo conservo 26 cadáveres.
Tras ser sometido a numerosas pruebas psiquiátricas, Yan Goland, jefe del Centro de Rehabilitación Psicológica Korefei, explicó que el diagnóstico para el problema psiquiátrico de Moskvin es necrofilia y fetichismo situacional.
A partir de 2016, todas las solicitudes de extensión del tratamiento de Moskvin han sido aprobadas, por lo que actualmente sigue internado en un hospital mental bajo tratamiento psiquiátrico.
Anatoly Moskvin era un profesor ruso de historia de 50 años que era considerado un genio, experto en lingüística, doctor en cultura celta, políglota, hablante de 13 idiomas y autor de diversos libros y ensayos sobre toponimia y onomástica.
Pero este genio contaba con un lado oscuro que nadie conocía. Anatoly llevaba una vida solitaria, nunca se casó ni se le conocieron compañeros o parejas sentimentales. Vivía con sus padres, no fumaba ni bebía y supuestamente fue virgen durante toda su vida. Ningún amigo o conocido de Anatoly podría afirmar que se trataba de un sujeto común.
Tenía gran reconocimiento por sus logros académicos. Era capaz de memorizar los datos históricos menos significativos y recordar biografías casi de memoria, además de dominar el ruso, alemán, español, japonés y latín. Pero también sentía una gran pasión por la cultura celta y la necrofilia.
Los rituales, ocultismo, muerte y el folklore de la antigua Europa, eran los temas favoritos de estudio para Moskvin, este literal se convirtió en casi una autoridad para sus compañeros y profesores en la Universidad Estatal de Moscú.
Escribió varios libros, documentos y traducciones, todos ellos apreciados y reconocidos en los círculos académicos más prestigiados. También trabajó como periodista y contribuía a los periódicos y publicaciones locales.
En el año 2011, las autoridades de la ciudad rusa de Nizhny Novgorod reportaron vandalismo en los cementerios. Todas las semanas aparecían nuevas tumbas destruidas, algunas saqueadas y curiosamente estas pertenecían a niñas que perdieron la vida entre los 8 y 12 años de edad. Las autoridades contactaron al profesor Anatoly para que los ayudase a desentrañar el misterio. Pero un día cuando la policía visitó su casa quedaron sorprendidos, pues él era en realidad el perpetrador de las tumbas.
En su casa encontraron los cuerpos momificados de 26 niñas que el profesor había vestido como muñecas y con las cuales conversaba diariamente como si estuvieran vivas (confesó en su arresto). Fue responsable del saqueo de alrededor de 150 tumbas. También hallaron instrucciones para confeccionar las "muñecas", mapas de los cementerios, fotografías y videos de las tumbas abiertas y cuerpos desenterrados. En los tribunales, Moskvin argumentó que sentía pena por los niños muertos.
El creía que podían ser devueltas a la vida mediante la ciencia y la magia negra. Él explicó que ponía sus cuerpos dentro de muñecas para darles una apariencia más atractiva que sus descompuestos cuerpos y así cuando consiguiera el modo de devolverlas a la vida tendrían esa misma apariencia.
Anatoly mencionó ante la corte que siempre quiso tener hijos. Negó cualquier atracción sexual por las "muñecas" a pesar de tener escritos sobre la necrofilia. Explicó que las trataba como sus hijas, les cantaba canciones, miraba con ellas dibujos animados y hasta les festejaba sus cumpleaños. También admitió haber secuestrado 44 cuerpos de niñas de entre 8 y 12 años. Fue diagnosticado con esquizofrenia, por lo que la Justicia lo declaró inimputable y lo envió a una clínica psiquiátrica. Antes de que terminara el juicio, dejó un mensaje para los padres de sus víctimas: "Ustedes abandonaron a sus niñas en el frío, yo las llevé a mi casa y les di cobijo".
"Llevó miedo, terror y pánico a mi vida. Todavía no puedo creer la enferma perversidad de este tipo que vivió durante 9 años con mi hija momificada en su habitación. Yo la tuve durante 10 años y él la tuvo 9 años", dijo Natalia Chardymova, madre una de las niñas momificada.
A cada cadáver le hacía una máscara de cera y le pintaba los rasgos con esmalte de uñas. Cada cuerpo estaba vestido de forma diferente, coleccionaba todo tipo de ropa, incluyendo trajes de novia. Únicamente extraía cuerpos de niñas, desde los 8 hasta los 12 años. Moskvin guardaba registro fotográfico de todas las tumbas que saqueaba, con el propósito de mantenerlas identificadas. Se dice que saqueó más de 150 tumbas en búsqueda de ropa, pero sólo conservo 26 cadáveres.
Tras ser sometido a numerosas pruebas psiquiátricas, Yan Goland, jefe del Centro de Rehabilitación Psicológica Korefei, explicó que el diagnóstico para el problema psiquiátrico de Moskvin es necrofilia y fetichismo situacional.
A partir de 2016, todas las solicitudes de extensión del tratamiento de Moskvin han sido aprobadas, por lo que actualmente sigue internado en un hospital mental bajo tratamiento psiquiátrico.
