LA PSICOPATA SEXUAL. +18

Desde niña viví abusos sexuales por parte de mi padrastro Poncho, un asqueroso viejo apestoso con el cual mi madre se casó cuando tenía yo solamente 4 años.

Recuerdo cuando mi madre se iba a trabajar todo el día y el maldito mantenido se quedaba en su sillón viendo partidos de fútbol, fumando y tomando cerveza. Así era la vida de ese vago.

Me tocaba cada vez que se le daba la gana para aliviar su erección y me obligaba a que le lamiera y succionara su miembro.

Como yo apenas era una inocente niña vivía con el miedo a que el desgraciado cumpliera su amenaza de matar a mi madre si le contaba sobre lo que él hacía con mi pequeño y tierno cuerpecito inocente.

Los abusos fueron aumentando con el tiempo. Cuando cumplí 8 años ocurrió lo peor que me pudiera pasar en mi amarga vida, eso jamás lo olvidaré.

Jugaba con mis muñecas en el patio de la casa, cuando sentí un tirón en mi cabello, me arrastro por el suelo hasta su habitación. Fue un suceso en mi vida espantoso, puso su asqueroso aliento podrido en mi cara, me golpeo varias veces, luego me obligó a chupar su mal oliente y asquerosa verga; lo hice con nauseas hasta que vomité por aquel pestilente olor.

Me sentí tan humillada, cuando me obligó a tragar mis propios vómitos golpeando mi cabeza contra el suelo, después me arrojo a la cama y metió su asqueroso miembro dentro de mis entrañas. Penetro sin piedad mi ano, el dolor era tan insoportable que grité hasta desmayarme.

Cuando desperté vi la sangre brotar sobre mi entrepierna, ardía en fiebre y tenía escalofríos. Quería morir en aquel momento para descansar de aquel infierno tormentoso en el que dañaron y robaron mi inocencia de manera abrupta y cruel.

Salí casi arrastrando de mi casa a la vivienda de Don Allende, un señor de 60 años, que me dio su protección y afecto de padre y fue el único hombre malo que no conocí en mi vida.

Al acudir a él, caí nuevamente desmayada por el dolor, no supe más de mí hasta que desperté entubada en el hospital dónde me había llevado de urgencia.

Fue hasta ese horrible y terrible suceso cuando mi madre se enteró que su marido me había abusado, pero como según ella lo amaba y no podía vivir sin él, prefirió no contar nada y por el contrario, ideo un plan con él.

Así me enredaron psicológicamente para que no dijera que él me había violado y que la culpa era de un indigente de la calle; mi madre me dijo que si no decía lo que ella me aconsejo, me iba a matar y a enterrar en el patio de la casa para que nadie me encontrara.

Al darme de alta del hospital, regrese a mi casa con una gran depresión y confusión; mi madre entonces me encerró en el cuarto luego de decirle a su asqueroso esposo que solo podía abusar de mi cuando me recuperara del todo y que solo vía vaginal y oral, para que no me mandaran otra vez al hospital por su culpa y lo descubrieran.

Solo pasaron dos meses cuando volvieron aquellos abusos por parte de ese enfermo. Así abuso de mí por mucho tiempo con el consentimiento de mi madre. Recuerdo no ver la luz del día por mucho tiempo, secuestrada por la misma mujer que me había dado la vida, con el único objetivo de hacer infeliz e infernal mi existencia.

En una temporada de aquel secuestro y abuso, me sentía muy enferma, con náuseas y mareos constantes. Yo tenía dos años de estar en aquel terrible encierro y entonces mi madre sospecho que estaba embarazada y se llenó de rabia.

Al confirmar que estaba esperando un ser engendrado en mi vientre por su amado esposo, esta empezó a golpearme y a patear muy fuerte mi vientre. La escoria asquerosa de mi verdugo y padrastro me defendió de ella y la agredió, fue el único acto de bondad que observe de parte de él.

Mi madre corrió a su recámara y cerró la puerta.

Ésa noche mi maldito padrastro se quedó a dormir en mi cama y abusó nuevamente de mi cuerpo como ya era costumbre.

Al día siguiente, mi madre regresó del trabajo con unas pastillas abortivas que había comprado ilegalmente en una farmacia de mala reputación en las afueras de la ciudad.

Entro a mi recamara con el frasco de pastillas y me empezó a gritar y tratar de convencerme de tomármelas sin que mi padrastro supiera que ella me había administrado ese fármaco. Ante mi negativa ella se puso furiosa e histérica y empezó golpearme con un alambre de púas y decirme palabras obscenas, hasta que de tanto maltrato físico acepte tomarlas.

Sentí un dolor horrible en mi vientre acompañado de escalofríos y vómitos, el sangrado vaginal se incrementaba a los quince minutos de la administración del fármaco, como el feto demoraba en ser expulsado de mi cuerpo, ella me pegaba muy duro para que dejara de llorar.

Cuando el desgraciado de mi padrastro se enteró que había perdido el bebé, me golpeó muy fuerte y también a mi madre, y sin uso de razón me violo en mi estado post abortivo pues en su mente quería engendrar otra vez su semilla degenerada.  Así era su mente atormentada, ignorante y enferma; solo a una persona como él se le ocurría que yo podía embarazarme otra vez en ese estado deplorable en el que me encontraba luego del aborto.

Todo ese tormento lo viví hasta los 15 años, cuando al fin me llene de valor y pude enfrentar lo que me sucedía hasta entonces.

Fue así que pensé en un plan siniestro para escapar de allí, me comportaba entonces como una prostituta ninfomana cuando me violaba y le empecé a decir que lo amaba y me gustaba que me hiciera suya, así me tuviera que aguantar el asco que me provocaba aquel degenerado.

Con los meses me dejó salir del cuarto en dónde me habían secuestrado. Mi madre se moría de celos, pero ya no podía agredirme, pues mi padrastro me defendía de ella convencido de mi enamoramiento y atracción sexual hacia el.

Una noche esperé que ellos se durmieran y entonces robé plata de la cartera de mi madre y espere el día siguiente para comprar un fuerte somnífero para dormirlos a los dos y poder hacer realidad mi venganza.

Llegue a casa de Don Allende, pero me entere que él había fallecido de un infarto luego de que mi madre le dijera que yo estaba muerta, para no dejar indicios de que yo estaba secuestrada en mi propia casa.

Compré un fuerte somnífero con un expendedor ilegal y entonces llegue a la casa. Me vestí como una puta elegante y sensual y cocine un suculento plato para mi hermosa y muy peculiar familia.

Cuando mi madre llegó de su empleo encontró la cena servida y se asombró por mi atención.

     — Así me gusta, que seas útil para algo y no solo para andar de puta con mi marido. —me dijo mi cruel madre—

     — Sabes, siempre considere que eras una maldita carga, te debí abortar para evitar tu asquerosa presencia de prostituta barata.

Mi asqueroso padrastro se frotó sus testículos sobre su pantalón para aliviar la comenzó que sentía y se sentó con gran autoridad en la mesa sin mediar alguna palabra.

Entonces servida la cena, comieron unas cucharadas y quedaron profundamente dormidos.

Cuando despertaron se observaron con gran asombró al ver que los dos estaban amarrados; mi padrastro en la mesa y mi madre amarrada en el sofá sin poderse mover. Se encontraban desvalidos y dependientes del instante.

    —¡Que hermosos y tiernos se ven así, parecen dos niños dulces e inocentes! —exclamé con una carcajada que reflejaba, maldad, odio y venganza—

     — Prepárense para el show.

Me sentí la mujer más poderosa del mundo al ver en sus caras el miedo que estas reflejaban y procedí entonces a ejecutar mi cruel venganza.

Tenía sobre el estante que había adecuado para la tortura varios instrumentos de muchas clases con los cuales había tramado mi maquiavélico y dantesco plan.

Ejecute entonces al fin mi cruel idea, la cual creí alguna vez solo una utopía, y me centre en atormentar a el cerdo de mi padrastro. Lo acaricie con gran lujuria con mis manos; podía ver el horror en sus ojos y el miedo frío de no poder hablar temblando como el cobarde que era. Puse música muy ruidosa para que los vecinos no escucharan los mugidos ni quejidos de mis víctimas, mientras entonaba la letra de la melodía.

      — El cielo resplandece a mi alrededor — yo cantaba la infantil canción mientras tomaba un pene artificial de 30 cms y se lo introducía en el ano a mi padrastro, mientras él se quejaba de tan cruel dolor—

Entre más se estremecía, mas fuerte se lo metía.

Luego machaque uno a uno los dedos de su mano con un martillo, el lloraba y gesticulaba pidiendo piedad. Eso me excito en gran magnitud.

Luego con un alicate arranque sus uñas una por una y con una pinza saque sus dientes, mientras mi madre asustada y casi demente por la experiencia, lloraba sin control. Le orine el rostro montando sobre la mesa y lo hice tragar mis orines. Con una segueta le quite sus dedos mientras la sangre corría sin parar sobre la mesa y caía al piso.

Sentí un orgasmo intenso al ejecutar esa acción, mientras me desnudaba y me untaba su sangre en todo mi cuerpo.

Introduje un palo con clavos muy largo y grueso por su ano nuevamente mientras lo apretaba y empujaba. Su sufrimiento me otorgaba más y más placer.

Con un cuchillo corte y arranqué su pene mientras le apretaba las bolas y le lanzaba escupitajos.

Mi madre seguía observando como si estuviera en el mismo infierno.

    —¡El maldito de tu amado a muerto en mis manos ahora sigues tu vieja estúpida! — exclamé a gran voz acercándome a ella, mientras me excitaba su cara de espanto—

Lamí sus tetas y su vagina con placer incestuoso mientras ella reflejaba en su rostro locura, temor y angustia. La golpeaba despiadadamente mientras seguían sin control mis intensos orgasmos.

     —Ahora tú eres mi puta, —le dije con dulce y sarcástico tono de voz—

Con un cuchillo, abrí heridas en su piel y en su rostro. Para después introducirlo en su vagina mientras ella se quejaba del extremo dolor.

Extraje su cuello uterino con los instrumentos abortivos que había conseguido con anterioridad y le di varias puñaladas hasta finalmente matarla.

Apagué la música y le arranqué los testículos a mi padrastro de su cuerpo inerte, y junto con el cuello uterino de mi madre prepare mi cena.

Al terminar mi cena lleve los dos cuerpos a mi recamara y los acosté en mi cama, para así poder masturbarme toda la noche en medio de ellos.

Me di a la huida un día después.

La Policía encontró aquellos cadáveres, pero nunca sospecharon que una niña como yo cometiera un acto tan sádico.

Ahora asesino por placer a todo violador que se me cruce el camino, con los métodos de tortura más crueles que jamás nadie imaginaria.

Lo hago por venganza, justicia, pero sobre todo, por placer...


E. NYGMA

Escritor y fundador de ZD TERROR. Amante de lo macabro y oscuro, de lo absurdo y del humor negro. Influenciado por artistas tales como Stephen King, Edgar Allan Poe, Darren Bousman, Rob Zombie, James Wan, Marian Dora, David Lynch, Quentin Tarantino, Christopher Nolan, Zack Snyder, entre otros. Futuro cineasta.

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