Cortesía del talentoso compositor Charlie Clouser, "Saw X" se ha hecho de un nuevo récord para la franquicia este 2023.
Gracias a su participación dentro de las 10 entregas de la saga "Saw", Charlie Clouser, también compositor de "Dead Silence", Death Sentence", "The Collection", etc, se ha ganado el récord como el primer compositor estadounidense en trabajar en diez películas de la misma saga, desplazando al emblemático John Williams con 9 films dentro de la saga "Star Wars".
Durante una entrevista con Consequence, Clouser habló sobre lo que significa para él haber roto el récord de Williams:
"["Saw"] tiene una base de fanáticos dedicados y raros que están furiosos al respecto, pero es en gran medida un nicho dentro de un nicho, y lo es aún más a medida que la franquicia evoluciona".
"Obviamente, no me pondría al nivel de John Williams en ningún otro aspecto que no sea el gran número de secuelas dentro de una sola franquicia. Pero creo que siempre he llevado la cuenta: cada vez que se estrenaba una nueva película de "Star Wars", pensaba: 'Está bien, veamos, ¿ya lo estoy alcanzando?'".
Respecto a su trabajo dentro de la franquicia "Saw" Clouser compartió:
"Mantengo los sonidos basados en lo que estamos viendo en la pantalla. Todo es crudo y sucede en lugares familiares; Todo está sucediendo en algún almacén abandonado. Eso me ayuda a delinear las categorías de sonidos que quiero usar y tomar. Siempre quiero que los sonidos dentro de la partitura tengan un carácter similar, para que coincidan con el sentido de lugar de lo que estamos viendo en la pantalla”.
"La primera película se parecía más a una película como "Seven", donde los momentos sangrientos reales son bastante cortos y pequeños, y se trata del suspenso de llegar a ese momento. Por supuesto, Saw 2 a 10 se centró mucho más en las trampas a las que está sometida la gente, lo que a los fans les encanta: les encanta analizar la trama y los mecanismos detrás de estas trampas".
"Las secuencias de trampas se han convertido en pequeñas piezas en las que la música se asigna con extrema precisión a la acción y el tempo en la pantalla, especialmente en aquellas escenas en las que puede haber un reloj en marcha o alguna máquina en funcionamiento. Hay un ritmo subyacente que se puede encontrar no sólo en los cortes de la película, sino también en las máquinas y en la sensación de que el tiempo se acaba que ocurre en la pantalla”.
Refiriéndose al icónico "Hello Zepp", Clouser agregó:
“Mi analogía [para 'Hello Zepp'] es que estás mirando a través de un estacionamiento oscuro a unos tipos golpeando a alguien. Y luego, de repente, se giran y te miran y se encienden todas las luces del estacionamiento. Queríamos que fuera un cambio de marcha muy severo. Está en un tono diferente a todo lo demás que hay en la película y utiliza sonidos que no aparecen en ningún otro lugar de la película. Has cambiado de canal en la televisión y has saltado a una huella sonora completamente diferente. Y eso fue muy a propósito”.
"“Hello Zepp” ahora es icónico hasta el punto que, para los fanáticos acérrimos, cuando escuchan el pequeño sonido tintineante de dulcimer que comienza el tema 'Hello Zepp', saben que es hora de prestar atención, aquí es donde todo va a dar sus frutos”.
“Hay mucha información volando hacia la audiencia: hay voces en off, cortes rápidos, flashbacks de escenas anteriores de la película. Así que esa pieza musical quería ser audaz, grande y atractiva, pero tenía que ser del tamaño de un bocado: el material musical real que contenía no podía distraer y ser tan elaborado que desviara la atención de la gente de este material que Estará en el examen final. Así que esa fue una especie de misión muy consciente en la que no participé y, afortunadamente, esa pieza musical ha demostrado ser muy sólida, porque la hemos usado en las diez películas hasta ahora”.
“Hay algunas moléculas de audio que he traído conmigo en las diez iteraciones que se grabaron en 2003 y que tienen una cierta firma sonora. Un sonido parecido no serviría; tiene que ser esa pequeña frase original de dulcimer. Tengo un millón de sonidos de dulcémele y media docena de dulcémeles, pero esa grabación es casi como una identificación de audio. No puedo cambiar el tono ni la octava ni la velocidad. Tiene que ser exactamente esa pequeña molécula de audio”.
